miércoles, 15 de julio de 2009

Para Lizandra

Aprendí a ver de otra manera el mundo contigo, aquellas sensaciones, esos pasajes de mi vida, esa fugacidad de nosotros en el espacio en que nos desenvolvemos. Puede que siempre halla momentos como este. En el que realmente soy sincero con las personas y el escudo que aun retuerce mis entrañas se quebré un poco, más cuando estoy contigo. Sé que mi vida no es perfecta, no lo fue ni nunca lo será. A veces camino sin rumbo por un sendero oscuro y me es difícil encontrarme en mi propia conciencia. Siento que a veces he perdido la chispa de la vida, como una consecuencia de muertes y expiraciones que dejan de lado lo bueno de los rayos de sol en la mañana. No sé cómo explicarte este sentimiento que llevo, a veces siento que soy una persona muy triste, fingir no es problema cuando se trata de retratar una sonrisa en el rostro, fácil. Estiras los músculos de tu rostro y todo lo malo del mundo desaparece para los demás, excepto para mí. No soy de esas personas que cuenta su vida ni sus problemas, pero contigo seré sincero y pretendo decirte todo lo que siento. Esa penumbra que ahoga mi ser desaparece cuando te veo. Siento un aire cálido en tu mirada. No sé si el amor se puede transmitir a través de tus ojos, o de tus mejillas sonrojadas. No sé si mi pena se va con la llegada de tus besos, de tus caricias, de tus labios, solo sé que en mi pasa algo, que no puedo explicarte con otra palabra que no sea te amo.