sábado, 27 de marzo de 2010

Tú, eres incapaz de encontrar...

Tú, eres incapaz de encontrar los sueños míos.
Que vagan en el azul profundo de los cielos.
Esperando puentes amarillos que te lleven
a lo más oscuro de mis paganos momentos.

Tratas de amarrarme el corazón con tus hilos.
Hundiendo, inerte, el mismo corazón tuyo.
Y las aguas lo mecen y los mares lo calman
y tu risa en el viento y tu voz en mi alma.

Y una conexión absurda que llega de noche,
que trae lamentos que al oído no engaña
y las copas giran armonizando colores.
El vino derramado y la sangre entibiada.

Oigo el sonar de una cancion ...

Oigo el sonar de una canción, a lo lejos.
El humo de mi cigarro me envuelve la boca.
Los autos pasan raudos y sin ningún destino,
mientras te recuerdo, solo, junto a mi pluma.

Yo no te pedí que esto fuera así, amor.
Que me esperaras una eternidad solitaria,
mientras enjuagan las luces tu largo cabello
y la lluvia cae sobre nuestras viles vidas.

Pero así se dio el amor entre nosotros.
Con mis llantos de roble e ira de mil volcanes.
Con tus lágrimas de niña y tu ternura grácil,
y con el huracán que llevas, a tus espaldas.

Intento aferrarme a tu imagen dormida.
En calma, durmiendo tú en mi cama, En calma.
Y bajo las sábanas soñadas mil caricias,
en mi almohada juntos, y para el resto de la vida.